21 junio 2007

TRAN-QUE-VÍA

Absorto por lo intensos y llamativos colores de nuestro tranvía, sólo unos pocos parecen percatarse de que el invento hace aguas. Tras los ilusionantes primeros días empiezan a revelarse las deficiencias y las costumbres de las infraestructuras de esta isla. Obras faraónicas, de presupuestos desorbitados que no cuentan con los servicios mínimos de mantenimiento.

Cual pardillo comenzé a utilizar el transporte público, al módico precio de 0.85€ el trayecto, independientemente de si el recorrido es urbano o interurbano. Primera objeción encontrada. Pero bueno, razones egoístas como la comodidad de llegar a la oficina y no tener que buscar aparcamiento en Santa Cruz pasaban por alto semejante despropósito.

Pero cuál es mi sorpresa cuando, un lunes, a primera hora, en la parada de la Cruz del Señor las dos máquinas expendedoras de billetes no funcionan. Y ahora qué? Ante la falta de opciones tuve que volver a casa y arrancar mi coche, contribuyendo al calentamiento global, a la destrucción del planeta,...no tengo sentimientos. La sorpresa se convirtió en furia y rabia cuando al día siguiente el problema no había desaparecido, por lo que tuve que condenar a varias hectáreas de selva tropical conduciendo otra vez mi coche.

Indignado me dispuse a presentar una reclamación, trámite que debe realizarse en el Intercambiador, muy cómodo sí señor. Buscando en la Web del Metropolitano encontré un número de teléfono que, evidentemente no era el adecuado para presentar una queja o realizar una sugerencia. La amable señorita que me atendió me ofreció un 902 al que llamar, a lo cual que respondí: te vas a explotar!!! Tuvo que facilitarme el siguiente número, que aquí dejo para quien lo quiera usar: 922 02 48 87.

Llamé, expliqué la situación, a lo que me respondieron que la incidencia fue comunicada a los servicios de mantenimiento que, a todas luces son insuficientes, pues la avería se prolongaba desde hacía más de 24h. Como siempre el dinero se volatiliza en actos propagandísticos, inauguraciones varias, comilonas,... Pero no en lo esencial, como asegurar un servicio eficaz y barato. Palabras totalmente desconocidas por nuestras instituciones. Lo cuálo?

Así pues, seguiré destruyendo el planeta, cual Galactus insaciable, contaminando con mi vehículo. Al tranvía le pueden dar mucho por el cul..... Sin perder las formas, por el ano!!!

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cuando ando por el barrio, me pregunto cada vez:¿La gente se hace la loca?, no he conocido un pueblo más hipócrita que éste. Es triste ver cómo se dejan llevar por una corriente de ignorancia y estupidez. Veo lameculos por todas las esquinas, hablar con alguien me provoca una sensación punzante en la cabeza y en todos mis sentidos.Qué facilidad tiene el pueblo en decir que todo es maravilloso y perfecto cuando se está derrumbando; cuando todo está destrozado, refunfuñan y esperan a que "sea otro" el que se queje, el que se cague las manos. No dan la cara y siempre usaran "el pobrecito de mí"porque son incapaces de luchar para sí o para los que le rodean.

8:32 p. m.  

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